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Tuesday, November 02, 2010

Un Festivo Sin Periódicos


Vosotros también os sentís deprimidos después de leer la entrevista de la contraportada de La Vanguardia? Esos pseudo-psicólogos alardeando de lo fácil que es ser feliz en la vida y lo malo que es el estrés. Igual sólo me pasa a mi. Empecé a leer una ayer y decidí que no iba a leer ni un periódico más. A partir de ahí, ayer fue un día intenso culturalmente y absolutamente inactivo físicamente.

Primero, necesito hablar sobre Nick Cave. En la entrevista que le hace Ruben Pujol en la Rockdelux de este mes con motivo del lanzamiento del segundo trabajo de Grinderman, he vuelto a tener esa sensación de eclipse solar. Como si su personalidad fuera tan grande e imponente que tapase toda la luz aprovechable por el resto de mortales. Cuando acabas de leer cualquier respuesta que da, piensas “Joder, claro, que bien dicho y que poco prepotente suena con sus palabras”. Algo parecido a lo que debe de pensar cualquier emo alemana después de escuchar una canción de Tokyo Hotel. El hecho es que no he escuchado el nuevo trabajo de Grinderman, ni falta que hace. Saber que grabaron el disco en un estudio durante cinco días sin tener nada escrito ni preparado, y no tener ni un ápice de duda de que el disco es mejor que la mayoría de los que han salido este año, sólo puede pasar con un genio de su talla. Cada uno de sus proyectos puede estar más inspirado o menos, pero cada parte tiene esa lección de actitud y calidad que sólo él les sabe imprimir. Como los partidos del Barça. Encima dice que cada día va a trabajar a la oficina. Hijo de puta. Nick Cave es un modelo a seguir a nivel de personalidad y presencia. Sí. Yo de mayor quiero ser como él.

Segundo, debería hablar de Deadwood. Ayer por la noche empecé la segunda temporada. Acabé la primera con emociones contradictorias. Por una banda, satisfecho por la atmósfera que me había transmitido y por Al Swarengen, uno de los personajes más grandes que nunca hayan existido. Me faltó algo de ritmo y sobretodo un poco más de trascendencia, tanto en las relaciones como en la representatividad de un momento sucio e importante de los Estados Unidos. La segunda temporada empezó con fuerza, con nuevos personajes y nuevas situaciones que prometen horas de peleas, envidia y cerdos chinos. Eso sí, hay cosas que no cambian; el peso protagonista sigue cayendo sobre Seth Bullock, interpretado por uno de los peores actores que nunca ha salido en HBO, Timothy “Gallifante”. Absolutamente odioso.

Tercero, durante el día vi hasta tres películas y todas de corte muy distinto. Antes de comer, el viaje de Terry Gilliam al imaginario del Doctor Parnasus. Un mundo mágico alejado de la belleza de la fábrica de Willy Wonka y más cercano a la sucia realidad de Brasil. Queda retratado un Londres suburbial e irónico, y destaca por encima de todo una caracterización magnífica. Aviso para navegantes: Hay que ser fan. Si no te crees las abstractas líneas de Gilliam, la peli puede acabar haciéndose demasiada curva y aparentemente superficial. El teaser de “última película de Ledger” no es suficiente para que el ojo convencional la disfrute. Los trucos narrativos para esquivar su muerte son menos resolutivos que como me los pintó la crítica, pero las grandes actuaciones de sus sustitutos (Law, Farrell y, sobretodo, Depp) hacen que queden camuflados. Por cierto, Tom Waits es otro genio de nuestra generación.

Después de comer vi New York, I Love You; la réplica de la gran manzana a “Paris, Je T’Aime”. Por si no conocéis la idea, imaginaros un conjunto de cortos con gente guapa en partes molonas de la ciudad. No difiere mucho de la estética de las tragicomedias de pequeñas historias cruzadas (todas deudoras de la obra maestra de Altman), sólo que en este caso no están interrelacionadas. Molan la de Fatih Akin y la de los abueletes, y hay algunas ridículas como la de James Caan y su hija inválida o innecesarias como la de Adriana de Los Soprano. Pero bueno, bien, entretenida. Para ver con la novia, mejor que cualquier otra comedia romántica.

Y me falta la que vi antes de cenar. The Men Who Stare At Goats. Aburrida y malosa. Y mira que me gustan todos los actores que salen (Jeff Bridges, Ewan McGregor, George Clooney y Kevin “dónde te has metido?” Spacey). Nada, una tontería que ni entretiene. Queda como una anécdota sin demasiada gracia.

Friday, March 05, 2010

Académicos

Quedan un par de madrugadas para los Oscar y las espadas siguen en alto. Cada año el modelo de noche cambia y no hay un patrón al que agarrarse. Puede ser una de esas noches en que una película arrasa, como en los viejos tiempos, como cuando Titanic. Puede ser una de esas noches en que los premios se resuelven incongruentemente y quedan más o menos repartidos, como cuando El Pianista y Chicago. Pero también pueden ser muchas otras cosas. Si ahora mismo tuviera que mojarme, diría que la noche corre el riesgo de querer dualizar los premios sin tener en cuenta los matices. Avatar partía como favorita cuando se estrenó y más cuando fueron llegando las cifras de su recaudación. The Hurt Locker se ha puesto primera en la carrera después de llevarse la mayoría de los reconocimientos oficiales y extraoficiales en los últimos meses. En medio, un seguido de películas que, sin destacar especialmente –de lo que he visto, parece un año más bien flojo–, podrían plantarle cara a los dos gigantes en un mundo ideal. Vamos a entrar un poco más en profundidad.

La categoría de Mejor Película incluye este año hasta diez películas nominadas, en un giro claramente marcado con el afán de recaudar más dinero. Aquí sólo hay dos opciones. Avatar o The Hurt Locker. Si la Academia decide seguir con la tendencia de los últimos años de premiar películas de menor presupuesto y con guiones más arriesgados de lo habitual en estos campos, tendría sentido que se reconociera el trabajo de The Hurt Locker. Avatar ha quedado relegada por la crítica estadounidense a un caramelo visual vacío de contenido. Hace quince años, Cameron se hubiera llevado, como mínimo diez, Oscar. Hace 7 años, se hubiese llevado los premios técnicos y el de mejor película. En el año 2010, tiene sentido que por tendencia generacional, no se lleve más que premios técnicos. La Mejor Dirección parece que sí que tiene más sentido que se la lleve Bigelow por The Hurt Locker. Es un trabajo más palpable, a la vieja usanza. Lo de Cameron es algo mucho más global, un trabajo de investigación artística, de desarrollo de técnicas de filmación; pero su dirección “pura” no parece tan reconocible. Aunque si la noche acaba teniendo color azul, está claro que este premio no puede faltar en el saco final.

Interpretaciones. Parecen bastante definidas. Bridges de Actor Protagonista, Mo’nique, de Actriz Secundaria y Christopher Waltz de Actor Secundario, lo tienen bastante cuesta abajo. Eso sí, más claro lo tenía Mickey Rourke el año pasado y Sean Penn se lo robó en la photo finish. La Actriz Protagonista, parece una balanza que puede acabar tumbándose hacia cualquier lado. Ambas bandas (para que nos entendamos: Maryl Streep y Sandra Bullock) tendrían sus razones para llevárselo. La mejor actriz de la década según la crítica, contra una historia que le encanta a Hollywood: a la actriz taquillera con interpretaciones cómicas mediocres le cae el papel dramático de su vida y la crítica la sobrevalora.

En la categoría de los guiones siempre puede saltar alguna liebre. De momento, The Hurt Locker parte con ventaja para el Guión Original y Up In The Air ha sido una de las películas del año más valoradas, así que seguramente se hace con el Guión Adaptado en un Oscar donde la tradicionalmente la crítica tiene mucho peso.

Sería una gran sorpresa que Up no se llevará el Oscar de Animación, teniendo en cuenta que está nominada a mejor película... pero ojito con la Película de Habla No Inglesa, ya que es otra de las categorías donde suelen haber sorpresas. The White Ribbon llega primera a la última curva, pero la paliza que Un Profeta atisbó en los César franceses y el beneplácito de la crítica con las dos cintas hispanas hacen que Haneke no pueda dormir tranquilo.

La Mejor Canción seguramente será para The Weary Kind y sería un puntazo que subiera Jeff Bridges a cantarla. El premio de Banda Sonora es una incógnita. Aunque el músico de Lost, Michael Giacchino, haya arrasado hasta ahora en todas las ceremonias que ha asisitido, nunca se puede dar como carnaza a Hans Zimmer ni eliminar de la carrera a las dos pelis favoritas de la noche, The Hurt Locker y Avatar. Sería otro premio de bulto si acaba siendo una noche monocromática.

Y llegamos a las dos claves de la noche. Las "Florida" y "Ohio" si hacemos un símil político americano. Montaje y Fotografía. El Oscar a la mejor Fotografía debería ser para The Hurt Locker, porque así lo marcan los cánones y porque la película se apoya en ello y tiene sentido que sea favorita jugando en casa. Por lo que si lo gana Avatar, puede ser un claro síntoma de que la noche va a tener color azul. Aún así, yo apuesto por The White Ribbon, la cinta de Haneke. Me parece una lección de cómo grabar silencios y de cómo dejar intuir lo que todos ya sabemos. Puede ser la sorpresa agradable de la noche.

El Montaje vuelve a ser un campo donde debería ganar The Hurt Locker, más que nada porque Avatar dura más que un día sin pan, no se deben haber dejado ni un plano fuera. Bromas aparte, Cameron ya ganó el Montaje con Titanic y tiene reputación de buen técnico. El caso es muy similar al de Fotografía, si lo gana Avatar será síntoma que la noche entera será suya y The Hurt Locker se quedará con los peanuts. La tercera en discordia y le que yo apoyo -aunque con no tanta claridad como en el caso de Fotografía- es Inglourious Basterds. Las pelis de Tarantino juegan con el ritmo como una variable importantísima y yo creo que aquí la vuelve a clavar.

Sonido, Montaje de Sonido y Efectos Especiales son premios que si no van a Avatar es para que Cameron se suicide en directo mientras Sanda Bullock se saca una teta en el escenario. Impepinable. ¡Además se los merece! Si la noche acaba siendo un desastre para los avatares, estos tres Oscar no se los quita nadie.

Dirección Artística me imagino que llevaba el nombre de Nine hasta que la crítica empezará a vapulearla por todos los costados. Quedarse sin la "fácil" nominación a Mejor Película, hace que pierda enteros en todas las categorías y acabe siendo un pelele ante las grandes producciones que se preparan para arrasar la noche del domingo. Y es que en esta categoría esta Avatar. El Mejor Maquillaje puede ser para Star Trek, sin olvidar a les películas de época como The Young Victoria. El Diseño de Vestuario puede estar un poco más disputado. Parece un todas contra una que le puede favorecer al Imaginario de Gilliam: la única de corte moderno. Los votos más "clásicos" pueden dividirse entre la Italia felliniana, la Francia de principios de siglo y la Inglaterra victoriana. Aún así, este premio debería ser de una de ellas, y si nos fijamos en la recaudación (que es lo que hacen los académicos en caso de duda, creedme) igual Nine salva la papeleta con esta estatuilla.

La suerte está echada.

Thursday, February 04, 2010

Sam


Ahora lo que mola son los Smiths. Desde la vergonzosa película esa del póster de la camiseta parece que han recibido un empujoncito más hacia el cultismo popular. Pasas por las mesas de las chicas jóvenes de la agencia y todas escuchan algún hit de la reina muerta. La música no deja de ser un producto identificativo, todo el rollo de “eres lo que escuchas” y otras ecuaciones sociológicas no están muy alejadas de la realidad. Aunque cabe matizar que el verbo aparentar es la tercera variable en juego; al lado del escuchar y prácticamente encima del ser. La mayoría viste lo que dicen las revistas, ve las películas con cuatro estrellas en La Vanguardia, lee los libros expuestos en el aparador y escucha la música que su status social le marca. Me deprimo cuando digo que me incluyo en la corriente, pero no hay escapatoria, no hay nada “alternativo”, nos comemos lo que nos ponen en la mesa. Sí, hay gente que define sus gustos con criterio y personalidad y otros que se dedican a seguirles; pero el problema es que los valores de los influenciadores están tan sesgados como los de los otros.

Y concluyo este saco de tonterías diciendo que ayer me fui a dormir a las 3 de la mañana porque vi Lost en un proyector de un bar de Gracia con otros diez enfermos como yo. Ah, y también quiero añadir que no tengo nada en contra de los Smiths y que no puedo decir lo mismo de la loca de Morrissey.

El otro día vi Moon, la peli de Bowirrín. Me enganchó desde el principio, me la creí. Me parece que es una de esas pelis a las que si no entras, desconectas. Pero rechacé el dinero y seguí jugando (¿Estás seguro? ¿Sí? ¡Bien! ¡Abramos la puerta número 2!) sorteando mentalmente todos los abstractos dilemas morales que te plantean. Obviamente, no es “2001” (aunque al principio todo apunta a que Kevin “Gerty” Spacey le vaya a plantar batalla al odioso –hasta ahora, al menos– Sam Rockwell), pero es recomendable para amantes y detractores del género.

Por cierto, nueva hornada de nombres para el Primavera con Built to Spill, Tortoise y Grizzly Bear capitaneando. Se está redondeando un cartel prácticamente perfecto.

Monday, February 01, 2010

An Education


Me dieron un chivatazo. Me tomaron el pelo. Me dieron un nombre y no resultó cumplir con lo prometido. Mi festival ha quedado mermado por culpa de la incultura popular. ¿Cómo puede ser que un “artista” se marque más de 600 puntos en una semana y en la siguiente no llegue a 10? ¿Quien me lo explica? Me habían hablado de ello, pero no me creía que la música popular fuera tan extremadamente efímera. Se han acabado las concesiones. Machete entre los dientes y empieza la guerra.

Este fin de semana, a parte de buscar qué artistas rompen las listas de la mtv americana, he visto unas cuantas pelis y un final de temporada. Vi “A Serious Man” de los hermanos Coen. Una foto de la sociedad judía americana de mediados del siglo pasado. El tipo de guión me recordó a “The Man Who Wasn’t There”, aunque sin la negrura y mala leche que tiene esa cinta. Esta se queda en el retrato de un padre de familia que no puede dejar de ser insignificante y desgraciado por más que intente cambiarlo. También “In The Loop”, sobre la banalidad de las decisiones políticas de las potencias mundiales. Peli pequeña y sin pretensiones, cámaras youtuberas a la “The Office” y correctas interpretaciones. Pero sobretodo vi “An Education”, con guión de Lynn Barber y Nick Hornby, que ganó el Premio del Público en Sundance. La historia de una adolescente de los suburbios de Londres que descubre el mundo de la cultura con la que ella siempre había soñado a través de un snob que le dobla la edad. Como si Júlia viviera en una familia más humilde, tuviese un padre como Alfred Molina (actorazo y PAPELÓN) y conociera a un tío que le abriera al mundo con el que siempre había soñado. Muy recomendable. Os dejo el tráiler más abajo.





Sobre “Up In The Air”, me encantaría que el Sole me explicara que ve de mí en Clooney a parte del porte y la elegancia. No veo ni las luces ni la delimitación más allá de las propias de la sociedad actual contra la que me rendí cuando vi que no se le podía luchar nada. No me gusta la hipocresía de los que intentan mantenerse a parte de una corriente sin alternativa, nunca me ha gustado. Por eso intento actuar como actúo, por poco idealista que quede admitirlo. Alguien dijo alguna vez que quien no fuera comunista antes de los 25 era estúpido y quien lo siguiera siendo después también lo era. Por triste y pesimista que parezca, la vida es un mierda, y sólo podemos intentar maquillarla día a día. Y en eso estoy.

Ayer por la noche vi el final de la cuarta temporada de The Wire. Hora y media de capitulazo sin tregua. Una maravilla. Otro concepto de capítulo final: en vez de cerrar cosas, dedicarse a preparar el terreno para una temporada final que tiene una pinta irresistible. Ah, y el inevitable sufrimiento por dos personajes extrañamente queridos. Quedan sólo diez capítulos para cerrar una de las mejores series que he visto en mi vida.

Monday, January 25, 2010

"Independientes"


Una de las noticias de los últimos meses es que Aaron Sorkin está negociando con la cadena HBO para llevar a cabo una nueva serie. El autor quiere completar su trilogía sobre el mundo de la televisión después de “Sports Night”, la comedia sobre un noticiario deportivo, y la fallida “Studio 60”, sobre un programa de sketches à la “Saturday Night Live”. Después de terminar la antológica “The West Wing”, decidió probar suerte en la gran pantalla con “La Guerra de Charlie Wilson”. Además, ha escrito los guiones de dos nuevas cintas: una sobre el creador de Facebook (“The Social Network”) i el nuevo film que dirigirá Ben Stiller. En cuanto a la nueva serie, pues la esperaremos con ganas. Ganas de volver a vivir el pasado, sin esperar nada nuevo. Porque revolucionarias, lo que se dice revolucionarias, sus series no son. De diálogos mordientes, sólo necesita ponerse la cámara en el hombro y seguir a un ramillete de grandes actores por pasillos inacabables de algún edificio donde se cocinen los valores de la sociedad americana. Y no le pediremos nada más que eso. Y ¿para qué pedirle algo más que eso? No se me va de la memoria ese capítulo final de la segunda o tercera temporada de “The West Wing” con Sheen apagando un cigarrillo en la catedral de Washington después de la muerte Mrs.Landingham. Cuarenta minutos con el corazón en un puño.

En cuanto al cine, ahora llega esa época de estrenos continuos con la rendición mediática correspondiente. Ya se han estrenado “Avatar”, “Nine” y “Up In The Air” (que por cierto vi ayer, disfruté y recomiendo); tres de las favoritas para los Oscar. Se está celebrando ahora mismo el festival “independiente” de Sundance, que cada vez tiene más cobertura mediática. No sé si sabíais que antes de los Oscar, cada sindicato de artistas da su premio a sus colegas de profesión; es decir, el sindicato de actores da su premio al mejor actor del año, el sindicato de montadores da su premio al mejor montaje del año, y un inacabable etcétera. Os podéis imaginar que estos premios son consultados por los académicos antes de enviar su voto para los Oscar. En otras palabras, han demostrado ser influyentes a lo largo de los años. Bien, pues después de los Globos de Oro, parecía que la carrera para los Oscar había llegado a su fin con clamorosa victoria de "Avatar". Ayer, se reabrió la batalla cuando el sindicato de productores le dio el premio a la mejor película del año a The Hurt Locker, que se estrenará próximamente en España y que reafirmaría la creciente participación de películas “independientes” en las cuentas de las grandes productoras. Si ya contaba con el beneplácito de la crítica, el apoyo de los productores puede decantar la balanza a su favor en la gala de los Oscar.

Para más inri, Kathryn Bigelow, directora de “The Hurt Locker” estuvo casada con James Cameron, su gran rival este año. Morbo asegurado en la que pasa a ser una de las ediciones más apretadas de los últimos años, sobretodo si tenemos en cuenta que “Inglourious Basterds” acabó como triunfadora en la noche de los premios del sindicato de actores y “Up In The Air” tiene buenas críticas – y a dos olvidados de los últimos años: George Clooney y Jason Reitman (director de Juno, Gracias Por Fumar y de un par de capítulos de The Office).

Monday, January 18, 2010

Boletín 18.01

Buenas tardes. Son las cinco y media de este lunes 18 de enero. Penélope Cruz y Pedro Almodóvar se vuelven con un merecido vacío a España después de no conseguir traducir sus nominaciones en globos de oro en la ceremonia celebrada la pasada madrugada en Los Angeles. Avatar de James Cameron se alza como la gran triunfadora y se pone primera provisional en la carrera para los Oscar. Sandra Bullock y Resacón en Las Vegas dan las habituales campanadas en los premios de la prensa extranjera holliwoodiense, mientras Maryl Streep, Robert Downey Jr. y Jeff Bridges constataron que viven una prolífica segunda juventud. En las categorías televisivas, Dexter le robó a la todopoderosa Mad Men los premios interpretativos y 30 Rock empezó, por fin, a mostrar signos de fallecimiento popular.

En otro orden de cosas, el Gobierno se ha decidido a empezar a lidiar con dos medidas controvertidas: la leyes antitabaco y antipiratería. Para esta última, ha anunciado la creación de un órgano de corte inquisitivo que cerrará páginas por contener material de “ilícito compartimiento” en un rápido procedimiento que durará menos de un mes. Sin estar de acuerdo con la totalidad de esta medida –pienso que la idea de fondo está equivocada–, creo que la postura de algunos medios o blogs de opinión que se han propuesto denostar la propiedad intelectual tampoco es del todo correcta. Decir que la música que hace X no merece protección legal porque no es más que un refrito de la música que ya han hecho otros artistas, me parece del todo equivocado. Obviamente, cualquier expresión artística viene condicionada por las influencias del artista, pero eso no debe quitarle el reconocimiento creativo que merece. Por otro lado, opino que internet no debería ser una limitación para los creadores sino una oportunidad, y que los gobiernos deberían dedicar su tiempo a trabajar por conseguirlo.

¿Qué tienen que decir entonces del nuevo disco de los Flaming Lips? Los de Wayne Coyne acaban de sacar un álbum donde tocan íntegro el Dark Side Of The Moon de Pink Floyd. Con las colaboraciones de miembros de Peaches y White Dwarfs –el grupo del sobrino de Coyne–, han intentado recrear toda la mística del histórico álbum de Roger Waters – et al. Nada original… ¿deberían entonces regalarlo en las puertas del Carrefour?

Volviendo a la actualidad musical, Joanna Newsom ha confirmado que publicará un nuevo álbum en febrero e intentará situarlo a la altura del inspiradísimo Ys (Drag City, 2006). Además, el colectivo afro-belga The Very Best han lanzado un vídeo del tema que da nombre a su último disco “Warm Heart Of Africa”, con la inconfundible colaboración de Ezra Koening (Vampire Weekend). Uno de los grandes temas del año, por cierto. El video no mola mucho, así que os pongo un directo suyo en Nueva York que da ganas saltar encima de la mesa de la oficina a imitar a la chica ligerita de ropa del escenario.