Semana 032: Altar In A Summer Night
01. Heavenly. C Is The Heavenly Option. Le Jardin De Heavenly (1992)
02. Girls Names. Running Scared. You Should Know By Now EP (2010)
03. Minisnap. Innocent. Bounce Around (2008)
04. Milky Wimpshake. Philosophical Boxing Gloves. Lovers Not Fighters (2002)
05. Silver Jews. Punks In The Beerlight. Tanglewood Numbers (2005)
06. Defiance, Ohio. You Are Loved. Midwestern Minutes (2010)
07. Hayden. Let's Break Up. The Place Where We Lived (2009)
08. Port O'Brien. My Eyes Won't Shut. The Wind And The Swell (2007)
09. David Tattersall. Happy For A While. Happy For A While (2009)
10. Bonnie 'Prince' Billy. The Sounds Are Always Begging. The Wonder Show Of The World (2010)
11. Thee Silver Mt Zion. There Is Light. Kollaps Tradixionales (2010)
Sarah Records es uno de esos sellos que pasarán a la historia gracias a un catálogo muy concreto y cuidado, sin intentar abarcar estilos alejados de su foco. Su lista de grupos siempre viene encabezada por Heavenly, el grupo de los hermanos Fletcher, proyecto que recogió el legado de los difuntos Talulah Gosh, que a su vez encabezaba la lista de grupos del recurrente sonido C-86. Pero esto no son más que palabras y en este caso son innecesarias: los discos hablan por si solos. Los trabajos de Heavenly fueron menos etéreos y abstractos que los de Talulah Gosh. De hecho, con el paso de los años, la inocencia muscular de su twee pop inaugural, se fue ahogando en la nueva ola brit-pop que llegaba a las islas. Aún así, sus tres primeros discos son absolutamente recomendables, y especialmente el que nos ocupa: Le Jardin De Heavenly. “C Is The Heavenly Option”, a parte de ser una de sus canciones más conocidas, es una buena muestra del apoyo de su padrino americano, Calvin Johnson. El líder de Beat Happening y K Records les publicó sus discos en Estados Unidos y aparece, de una manera u otra, en los créditos de la mayoría de sus álbumes.
De Beat Happening también se han empapado Girls Names. El nuevo trabajo de los de Belfast, You Should Know By Now, navega entre el DIY de final de los 80 y el surf garagero de los 60. Canciones destartaladas que provocan de todo menos aburrimiento. Siguiente. Después de muchos años en las filas de The Bats, algunos de sus miembros han querido salir de la hegemonía que Robert Scott ejerce sobre el grupo y empezar a crear por su propia cuenta. Aquí nace Minisnap. Siguen haciendo lo mismo de siempre: la Velvet Underground más folk, revestida del elaborado rock neozelandés. Sólo tienen un disco a sus espaldas, este Bounce Around, pero prometen horas de buena música. Milky Wimpshake es lo que viene a la cabeza cuando escuchas a los recientes So Cow: pop-punk irreverente, letras hiperrealistas y una frescura que cuesta de encontrar en la rebuscada música actual.
Esta primera tangada de grupos menos conocidos por el gran público se rompe con Silver Jews. Ya los conocéis y ya os he contado muchas veces todo lo que significan para mí, así que no me enrollaré demasiado. No hay grupo como ellos, son inigualables. A mi persona le parece que el Tanglewood Numbers está un peldañito por debajo de sus trabajos de los 90, pero sigue teniendo temas ya clásicos como este “Punks In The Beerlight”. Y es que cada canción suya tiene por lo menos una estrofa que se te queda en la cabeza para siempre.
Me gusta esta canción del nuevo disco de Defiance, Ohio. Ya sabéis que estoy en un periodo un poco mariquita de mi vida, así que todo lo que suene a mezcla animadita de Nana Grizol y Bright Eyes me sirve para ir tirando con una media sonrisa por la calle. Pero nada, no creo que pasen a la historia ni nada de eso. Con Hayden pasa algo parecido. Los conocí cuando vinieron a Amsterdam a abrir el bolo de The National y fueron una grata sorpresa. En casa cuesta ponérselos del tirón, pero cuando aparecen por sorpresa en el reproductor te alegran el rato. El caso es que hace un rato me he metido en su página webs y he visto que lleva sacando discos desde hace más de quince años. Alguien no se queda tanto tiempo en esto de la música si no tiene nada que decir, no? Voy a investigar, ya os cuento. Lo que me pasó con Port O'Brien también es vox populi por estos lares. Un primer disco muy underproduced, muy DIY, muy folkie hippy y guarrete; y después se metieron en unos estudios con maquinitas y botoncitos y pedalitos y empiezaron a soñar con telonear U2. Están bien, hacen música bonita, pero sigo y seguiré recomendando su primer trabajo: The Wind And The Swell. Me puede el amateurismo, como con el porno.
El nuevo disco de los Wave Pictures me está costando un poco más que sus anteriores. Justo ahora estoy empezando a ver rencillas de inspiración (American Boom y Sweetheart son preciosas), y os puedo asegurar que le he dado muchas oportunidades. Aún así, les sigo viendo como una de las bandas más prometedoras del momento y si no es así, que nos quiten lo bailao y nunca mejor dicho. David Tattersall, su cantante, sacó el año pasado un disco en solitario de corte más introspectivo y la clavó. Happy For A While es un caramelo para los oídos, una oda al folk y una inyección de feliz tranquilidad. Todo disco que cuente con genios como Andre Herman Düne (el hermano bastardo que se fue antes de que llegarán las trompetas y las congas), parten con ventaja.
Ya no sé qué más decir de Bonnie 'Prince' Billy, con gente como él se acaban los adjetivos. Es uno de los artistas con la discografía más talentosa y coherente de los últimos veinte años. Supongo que el reconocimiento le llegará después de muerto, pero debería ser pecado dejar escapar la oportunidad de disfrutar de este secreto viviente. The Wonder Show Of The World lo pongo a priori el cuarto en la clasificación de sus discos en solitario (I See A Darkness, Master And Everyone y The Letting Go son mis otras tres recomendaciones para quien quiera iniciarse en el princebillismo). Para cerrar, Thee Silver Mt Zion o como se llamen, que cambian en cada disco los muy perracos. Para mí, la suya es la definición de música hecha con las entrañas, poniendo toda la carne en el asador. Con Kollaps Tradixionales, perfeccionan la creación de atmósferas de Spiritualized, juegan con el tempo de los latidos del oyente como los directores de la mejor orquesta del mundo y consiguen un ruidismo blanco y sincero que les sitúa en mi lista de imprescindibles de lo que llevamos de año.