Lo de los teloneros se puede resumir con la sabia frase "Depeche Mode lo hacen igual pero tiran camisetas sudadas al público". A mí me parecieron infumables -siempre desde el más sano respeto-. Vamos a lo que vamos. The Wedding Present hicieron un concierto contradiciendo todas las absurdas normas populistas establecidas. Los temas más populares cayeron más o menos rápido y cerraron con la canción con la que abren su último álbum. Antes de empezar a despellejar el oso, dejadme decir que lo de The Wedding Present es un ejemplo a seguir para muchos grupos peseteros e independientes, valga la contradicción. Están en el orden del día las reuniones de viejos y exitosos grupos con sitio en el panorama musical actual pero sin nada que decir. Gedge ha cogido de la solapa de la americana del líder estandar -calvo y arrugado- y le ha plantado un discazo en su cara. Si te reunes que sea por algo más que por patearte todos los festivales europeas follándote a gruppies y comiendo caviar.
David Gedge volvió a Barcelona por tercera vez -con The Wedding Present- en menos de un año y medio. ¿Y qué más da? Podría hacer más de viente setlists sin repetir ninguna canción y todos ellos serían espectaculares. Se le podría dar una residencia en una sala española y que se fuera pasando cuando tuviese un hueco. El domingo, en la [2] del Apolo, el público, que llenaba la sala hasta la bandera, estaba entregado. Como para no estarlo... Su guitarra deliraba temazo tras temazo sin dar un respiro al personal. Sólo hubo un momento en mitad del concierto que su guitarra se relajó para dar paso a un par de temas más tranquilos y a una canción de Cinerama. Se nos regaló un concierto completísimo, incluso con algún tema inédito. Como él mismo dijo en la anterior edición del Primavera Sound, "lo siento por haber escrito tan buenas canciones". Todas no caben en hora y media de concierto, pero buena muestra son Montreal, Everyone Thinks He Looks Daft, Brassneck, Corduroy, Kennedy y un largo etcétera. Del último disco (sin contar el de caras B recien editado) sonaron, si la memoria no me falla, Ringway To Seatac, Mars Sparkle Down On Me y una potentísima Interstate 5 que sirvió para cerrar el concierto, "porque como ya deberías saber, nosotros nunca hacemos bis". En definitiva, un desgarro de energía en toda regla que invalida la posibilidad de salir defraudado. Por favor, que sigan sacando discos.
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