Más adelante, con la crisis de finales de los 90 -esta vez crisis cultural, la caída del britpop (as we know it)-, parecía que el siempre prolífico Reino Unido había vuelto a desconectar de lo que estaba pasando en la calle. Es difícil para los Albarns, Gallghers y Cockers saber como es la vida de parque si viven en la parte alta de Los Ángeles. Ay, pero la música británica es cíclica, y volvieron a la carga. Mientras el hip-hop empezaba a invadir las calles (* traducción del inglés. Véase "The Streets"), el nuevo enfant terrible se estaba confeccionando a base de drogas, sexo y discos de los Pistols. El revival rockero liderado por la costa este americana, se materializó en Inglaterra con Pete Doherty y sus Libertines. Incorrección política, letras pensadas para que al cantarlas tengas que esparcir pequeños misiles de saliva por doquier, y mucho delirio narcoléptico. Había vuelto a pasar: alguien había logrado desclavar la espada del tronco, alguien había izado una bandera generacional en el palacio de Buckingham.
Después de una breve época glaciar donde sólo algunos monos árticos fueron capaces de dar continuidad al hilo abierto por las bandas de principio de siglo, nos volvemos a encontrar en la misma encrucijada: el vagón de la música albiona ha vuelto a perder a su locomotora. Pero, amigos, antes de descarrilarse por completo, ha conseguido encontrar su nueva estrella polar.
Ya llevaban años insinuando que habían nacido para hacer algo grande. Llenaban estadios y festivales, gustaban a niños y abuelas, cantaban a los límites de la castración. Sólo les faltaba encontrar esa sucesión de notas y frases que les dejara para siempre más en el corazón de una generación de británicos deseosos de encumbrar realeza. Por fin lo han encontrado. Por fin alguien ha conseguido mezclar la potencia rítmica del dub-step, la fuerza sonora de los mejores Linkin Park y Evanescence, por fin alguien ha encontrado su musa a quien escribirle los versos más inspirados de la última década. Sin más dilación, os dejo con la letra y video de la mejor canción de los últimos tiempos, la que mejor define nuestra época:
Un-sus-tain-able!
Un-sus...
Unsustain, unsustain, unsust...
Un-s... un-s...
Unsustainable,
Unsustainable un-sus...
Unsustain, unsustain, unsust...
Un-sus... un-sus...
You're un-sus-tain-able!