01 THE BLACK SWANS –
DON’T BLAME THE STARS (Misra)
Me tomo la licencia de incluir uno de esos discos que se escapan del año
anterior como mejor disco de 2012. Don’t Blame The Stars es uno de esos regalos
minúsculos de un valor inimaginable. Como unos Tindersticks dylanescos, se
alejan del folk más pretencioso e inquieto de Change! (Southern Music Dist.,
2007), para dilapidar su disco más country hasta la fecha en poco más de media
hora. En 2008, cuando empezaron las
sesiones de grabación del disco, murió el violinista del grupo, aparcando la
producción hasta la recuperación anímica de todos ellos. Sobretodo de Jerry
DeCicca, alma mater de la banda, cuyo sufrimiento se tradujo en una vuelta a lo
básico, en intentar buscar la pureza en la música y dejar de abrir puertas
desconocidas. La pérdida lo empujó a rebuscar entre sus raíces -Joe Tex, Jimi
Hendrix, Roy Orbison, Sam Cooke,... todos citados en las letras- y a escribir
sus canciones más personales. Por si fuera poco, algunos de los temas vienen
acompañados de una breve introducción hablada, donde DeCicca se apropia más de
las historias y las contextualiza en su propio lienzo experiencial. El
resultado es de orfebrería. Me los imagino grabando en una tienda de
antigüedades, con una sonoridad perfecta y todo a la primera toma. Nos ponemos,
te lo contamos y te quedas con la boca abierta. No dejéis pasar la oportunidad
de volver a disfrutar con un disco.
02 MOUNT EERIE –
CLEAR MOON (P.W. Elverum & Sun Ltd)
Os dirán por ahí que este disco no se entiende sin su continuación, Ocean Roar,
publicado también este año. Y tendrán razón, pero de la misma manera que no se
entiende sin la perspectiva de toda su carrera. Creo que Clear Moon es mejor
que Ocean Roar, aun siendo su preludio. Es por cómo Elverum maneja esos
periodos de tensión que provoca la calma antes de la tormenta. Clear Moon es
esa hora cuando el cielo se ennegrece, los pájaros vuelan bajo y la gente se
precipita por las calles temiendo lo peor. Guitarras sintetizadas como colchón
de melodías cinematográficas. La base de teclados es el dedo que repasa tu
espalda de arriba abajo sin parar, la silenciosa y persistente percusión es el
miedo que no te permite parar de andar y las guitarras y voces son el confort
de tener la luna, clara, mostrándote hacia dónde dirigirte. Que no os dé miedo
su aparente oscuridad, vale la pena meterse en el bosque, con las escuchas las
sombras se convierten en revelaciones magníficas. “Through the trees pt.2”, “The
place I live”, “Lone Bell” o la lynchiana “Yawning sky” parten de lo simple
para acabar construyendo atmósferas que son bellas por su austeridad.
03 LAMBCHOP – MR.M (City Slang)
Uno de mis momentos del año pasado fue cuando Lambchop tocaron “2B2” en el
Apolo. El control de los silencios y la voz de Kurt Wagner estuvieron a punto
de llevarme a un momento Stendahl en toda regla. Mr.M es la reivindicación de
Lambchop. Un homenaje a las cosas bien hechas, al preciosismo ilustrado. Aquí no
quedan detalles por pulir. Como cuando pasas la mano por un trozo de madera
robusta, pura, que aún sin estar barnizada es fina y no te clava ninguna
astilla. En Mr.M manda el pacifismo de un mar en calma, los colores ocres
desgastados y los aires cálidos del desierto. Érase una vez una gorra pegada a
un hombre sabio, que nació ya maduro, reclutando sonidos de todas las épocas y
colores, desde Hank Williams a la Velvet Underground. Lambchop sigue avanzando
fiel a su ritmo lento y seguro. Este es uno de los mejores trabajos de su
carrera.
04 WOOLLEN KITS –
WOOLLEN KITS (Trouble In Mind)
Este cuarteto australiano ha sido la gran revelación de este año para mí. Puesto
que es el típico grupo que lleva consigo una infinita retahíla de referencias,
me he propuesto no ser menos. Bebiendo más del Calvin Johnson de Beat Happening
y los Feelies que del rock australiano contundente, son como el aire fresco que
entra por la puerta en las tardes calurosas de verano. Suenan nostálgicos,
cañeros, divertidos. “University Narcolepsy” es pura C-86, imaginárosla con la
voz de Amelia Fletcher. “Out Of Whack” debería ser el himno indie de la próxima
temporada festivalera. En definitiva, un disco de otra época que corre el
riesgo de quedar enterrado en el olvido. Corred la voz, merece la pena.
05 ANDREW BIRD –
BREAK IT YOURSELF (Mom & Pop Music)
Cada año hay algún disco que se alza como una ciudad frente tuyo. Una ciudad
con las aceras gastadas de tanto usarlas. Una ciudad que no tiene ni esquinas
ni rincones inexplorados. Una ciudad con sólo caras que te resultan familiares.
Llena de gente sabia, rica en culturas e inquietudes. Construida con casas
arquitectónicamente ingeniosas, indestructibles. De tanto decirlo corro el
riesgo de banalizarlo, pero Andrew Bird es un valor seguro; no tiene un disco
flojo. Este año ha publicado dos. El primero, Break it Yourself, me parece de
lo mejorcito de su carrera. Cada vez más ecléctico musicalmente y menos
centrado en sus tramos de cuerdas looposos. Lo que corona Break it Yourself,
sin duda, son las letras. Canciones de desamor con rencor poético, incluso barroco.
Desde el concepto titular (“No one can break your heart / So you break it
yourself”), pasando por la original analogía económica en “Give It Away” (“What
would you have us pay? / I didn't know that your love was a commodity”), hasta una
oda a la narrativa pasada por el prisma del proyector cinematográfico (“That
forgetting, embellishing, lying machine”) o la tentadora voz de St.Vincent
hundiendo los barcos de Bird en “Lusitania”. Andrew Bird sigue creciendo.
06 LEE FIELDS & THE EXPRESSIONS – FAITHFUL
MAN (Truth & Soul)
Soul de traje y corbata. De la vieja escuela. Fiesta, sensualidad,
trompetas, I Still Got It. El álbum empieza por todo lo alto -ya las primeras notas
de “Faithful Man” te fijan a la silla- pero es que la intensidad sigue altísima
a lo largo de todo el álbum. “Wish You Were Here” es seguramente el punto
álgido creativo, y tengo que reconocer que no puedo parar de escuchar la
revisión romántica del clásico de los Stones “Moonlight Mile”. Me tiene
enganchado de una manera muy bruta. Como disco, os diría que incluso me gusta
más que My World (Truth & Soul, 2009) y ese ya era una obra maestra. No soy
ningún experto del soul, funk o R&B -no os puedo decir si esto suena más “Chicago”
o “Costa Este”- pero cualquiera que tenga el corazón más grande que las orejas
seguro que va a disfrutar con Faithful Man.
07 LIARS – WIXIW (Mute)
Liars son impredecibles. Junto a Deerhoof me parecen las dos propuestas más
ricas que corren por el mundo actualmente. WIXIW es un giro electrónico a la
música de los de Brooklyn y un cruce de sensaciones contradictorias. Mientras
por un camino llega una tensión más oscura que una gasolinera de madrugada, por
el otro llega una afabilidad y suavidad inauditas hasta ahora. “No.1 Against
the Rush” es de las canciones más accesibles que han escrito nunca: TV on the
Radio moriría por una melodía como esta. La base de “A Ring on Every Finger”
podría ser considerada pseudo-hip hopera. “Ill Valley Prodigies” es como si los
reyes del “multi-ruidito” Tunng se pusieran a versionar a Radiohead. “Flood to
Flood” parece inspirada en la música oriental. En definitiva, WIXIW es la prueba
que un acercamiento al drone siniestro puede ser bonito.
08 SUN ARAW & THE
CONGOS – ICON GIVE THANK [FRKWYS VOL.9] (RVNG)
Mi problema con Sun Araw
es que su música me parece muy lejana, me cuesta mucho entenderla. Nunca he
conseguido conectar. Rebobino. Os cuento. Los del sello RSVP tienen un proyecto
–“FRKWYS”– en el que se dedican a juntar músicos contemporáneos vanguardistas
con sus principales influencias, para que produzcan un disco conjunto. En este
volumen 9, han juntado a The Congos -una de las bandas de reggae de los 70 que
vivían en el regazo de Lee “Scratch” Perry- con los mencionados Sun Araw. un proyecto experimental liderado por Cameron
Stallones que pasa sus influencias africanas por un filtro psicodélico para
conseguir un sonido ambiental, muy alejado de cosas que podéis tener en mente
(Animal Collective, High Places, etc). El resultado es algo extrañamente
precioso. El mundo paralelo de Sun Araw, su universo etéreo, se concreta. Todo
cambia. Me parece un disco cercano, una caricia susurrada. Me parece un terreno
más conocido y eso me da un punto de confort que yo necesito. Sí, soy así; no a
los riesgos. La base reggae del disco lo hace mucho más digerible, mucho más
tangible. Es un disco reflexivo, inspirador, que ha aderezado mis largos días
laborables de 2012. Ha sido un buen acompañante de viaje.
09 GIANT GIANT SAND –
TUCSON (Fire Records)
Decía Howe Gleb que la duplicación repentina del adjetivo se debía al
engrandecimiento del grupo. No debería sorprender; Giant Sand siempre se ha
definido como Gelb más un colectivo de músicos cambiante. Lo que sí sorprende
es que para esta delicatessen de southern rock más americano que un paquete de Lucky
Strike, la mayoría de los músicos sean daneses. Aires de Cohen y Reed, melodías
cálidas y arrastradas, y el sello fotográfico de una de las bandas que mejor
saben definir un paisaje con su música.
1 comment:
Bona feina!
Em quedo amb Lambchop i Lee Fields.
Andew Bird és crack, però em va més a dies.
Com a descobriment t'agraeixo The Black Swans. És un empatx de folk, però de qualitat.
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